
Hablar de digitalización en la formación universitaria ya no es hablar de futuro, es hablar de competitividad, sostenibilidad y calidad académica. Pero en este proceso, no basta con incorporar tecnología: la formación docente es el verdadero punto de inflexión para diseñar, facilitar y evaluar el aprendizaje en entornos virtuales con garantías de calidad.
Según el informe Universitic 2023 de Crue-TIC, más del 60% de las universidades españolas considera prioritario reforzar las competencias digitales del profesorado, y un 78% reconoce que la transformación digital ha generado nuevas necesidades formativas en su comunidad docente.
La digitalización no es una plataforma, es una estrategia institucional
Invertir en soluciones e-learning sin acompañar este cambio con formación docente es como construir un campus sin docentes preparados para impartir clases. El valor real de la digitalización en las universidades no reside solo en el despliegue de aulas virtuales o contenidos interactivos, sino en la capacidad del equipo docente para integrar metodologías digitales activas, evaluaciones formativas y recursos multimedia de forma pedagógicamente sólida.
Las universidades que están liderando la transformación digital lo entienden como un proyecto integral: implica rediseñar programas, revisar competencias, implementar plataformas escalables y formar al profesorado en diseño instruccional, tutoría online y análisis de datos del aprendizaje (learning analytics).
Formación del profesorado: el gran desafío pendiente en la educación superior
El profesorado universitario ha demostrado una gran capacidad de adaptación, especialmente tras la pandemia. Pero aún persisten importantes brechas. Según el informe ‘Datos y Cifras del Sistema Universitario Español 2024-2025‘, el 48,5% del personal docente e investigador participa activamente en actividades de formación continua, lo que evidencia una creciente sensibilización institucional hacia la mejora de las competencias, también en el ámbito digital. Sin embargo, sigue existiendo una brecha entre la disponibilidad tecnológica y su integración metodológica real.
Este desafío trasciende fronteras. En muchos contextos universitarios, especialmente aquellos que buscan expandir su alcance formativo, el fortalecimiento de las habilidades digitales docentes es el paso más decisivo para lograr una enseñanza de calidad en entornos virtuales.
Diseñar itinerarios formativos personalizados, acompañar al profesorado en el desarrollo de nuevas competencias digitales y facilitar recursos pedagógicos adaptados al entorno online no es una tarea menor: es una apuesta por la calidad educativa, la innovación académica y la equidad en el acceso al conocimiento.
Además, la formación continua del profesorado es una de las inversiones más rentables para una universidad digital: mejora los indicadores de éxito académico, incrementa la satisfacción del estudiantado y consolida una cultura institucional orientada al aprendizaje permanente.
Más allá del aula: impacto estratégico del e-learning en la universidad
Adoptar soluciones e-learning bien diseñadas permite a las universidades:
- Escalar su oferta formativa a nuevos públicos, incluso en el ámbito internacional.
- Reducir la dependencia de infraestructuras físicas, aumentando la eficiencia operativa.
- Implementar modelos híbridos o virtuales con garantías de calidad, acreditables por agencias evaluadoras.
- Conectar la formación con las necesidades del mercado laboral, a través de formatos ágiles como el microlearning o los programas modulares.
Algunas universidades ya han avanzando con paso firme hacia esta transformación:
- Universidad Loyola de América: ha implementado una transformación digital significativa, adoptando plataformas de educación en línea, inteligencia artificial y análisis de datos para mejorar la calidad educativa y garantizar un acceso más equitativo al conocimiento.
- Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP): ha fortalecido la labor docente y la gestión administrativa mediante la digitalización, automatizando procesos internos y utilizando sistemas de información para gestionar recursos de manera más eficiente. Además, promueve la inclusión en la educación a través de tecnologías digitales.
Estas claves son especialmente relevantes en universidades que buscan crecer, diversificarse y reforzar su impacto social a través de una formación flexible, inclusiva y centrada en el desarrollo de competencias aplicadas.
Conclusión
Invertir en digitalización es una apuesta estratégica por la excelencia académica, la sostenibilidad institucional y el posicionamiento en un entorno universitario cada vez más dinámico y competitivo. Para avanzar con garantías, es clave contar con enfoques integrales que combinen formación docente, innovación metodológica y soluciones tecnológicas adaptadas al contexto universitario.
¿Tu universidad es digitalmente competente? Te leemos en los comentarios.

Apasionada del arte, el diseño y la comunicación de marcas y productos, me encanta poner a punto aspectos como la identidad corporativa, el diseño publicitario, el diseño editorial o el diseño web, entre otras áreas. Mi curiosidad me ha llevado a seguir añadiendo habilidades a mi caja de herramientas, incorporando el desarrollo web, el social media o el UX design.