Las empresas no deberían tener ninguna duda de que, para conseguir los objetivos empresariales, es vital cuidar al trabajador de manera individual y generar un buen ambiente de trabajo. No es tarea fácil pero sí clave, conseguir que cada trabajador entregue lo mejor de sí mismo, potenciar las competencias que se le dan mejor y brindarle la oportunidad de alcanzar sus metas.
Que tu empresa logre alcanzar sus objetivos supone un gran reto, y para superarlo, uno de tus aliados será un plan de formación adaptado a sus necesidades. En este entorno ¿Cómo conseguir eficiencia profesional en formación? es la pregunta que debemos contestar.
La competencia y eficiencia profesional
Los conocimientos, la experiencia, el saber hacer y los comportamientos en un contexto de trabajo concreto; todo ello forma la competencia profesional. Sacarle el máximo partido es clave. Se debe fomentar el desarrollo de la competencia profesional mediante una formación eficiente, junto con compensaciones y retribuciones adecuadas al puesto y a la dedicación. No debe entenderse como un gasto, ya que todo repercutirá en dar valor a la empresa.
En busca del éxito en cada puesto de trabajo
Para poder lograr el éxito en cada puesto de trabajo es fundamental detectar las necesidades, dificultades o ineficiencias del trabajo individual y de equipo. Para poder detectar éstas, se deben testar las competencias de los trabajadores a través de evaluaciones internas o una simulación de actuación ante clientes. Una vez que conozcas las necesidades de tus trabajadores, podrás solucionarlas mediante formación, mediante una reestructuración organizativa interna o aplicando una fórmula mixta: cambio organizativo y formación al mismo tiempo.
Formación orientada a resultados: conseguir la eficiencia profesional
No hace falta decir que uno de los principales objetivos de cualquier empresa es el de lograr buenos resultados, y es por eso que la política de formación debe orientarse también a resultados. Hay que tener en cuenta, además, que los mejores conocimientos son los que se adquieren en las propias experiencias, por lo que el proceso de la formación siempre será más satisfactorio con una puesta en práctica real. El esquema a seguir debe ser: enseñar, aprender, aplicar y alcanzar. Una vez que se cumplan estos cuatro pasos se podrá hablar de eficiencia y de valor en la empresa.
Diseño de los procesos de formación
Toda empresa debe diseñar en detalle sus procesos de formación. Esto algo que no debe improvisarse. Para convertir la formación en competencia efectiva la empresa debe definir formas de identificación de los problemas, evaluación, organización de las actividades, desarrollo, jerarquía y toma de decisiones, y considerarlas componentes clave del éxito de su estrategia de formación. El objetivo final debe ser la adecuación de los perfiles de cada empleado a las necesidades reales de su puesto de trabajo.
En definitiva, para garantizar el éxito y lograr la eficiencia en la formación, es necesario hacer una evaluación permanente a nivel de aprendizaje y de consecución de objetivos, tener claro que siempre primará la demanda del mercado y que deben existir indicadores de eficiencia que nos digan si se están aprovechando los recursos invertidos en formación. Todos estos serán los pasos correctos para lograr la eficiencia y alcanzar el techo de competencia profesional.
Bajo tu experiencia, ¿es tu empresa eficiente en formación? ¿añadirías algún consejo más para mejorar la competencia profesional? Escoge con Femxa la manera en que vas a organizar tus formaciones y así asegurarte de alcanzar la eficiencia.