Cuando hablamos de bienestar laboral seguro que pensamos en esas empresas premiadas por sus políticas de recursos humanos y en las que todos queremos trabajar. Esto nos hace reflexionar sobre cómo debemos actuar para que nuestra organización también llegue a esa situación.
En Femxa creemos que se debe trabajar en dos vertientes, de modo que alcancemos dos objetivos diferenciados pero complementarios: felicidad para la persona trabajadora y productividad para la empresa.
Las ventajas de trabajar en un clima de bienestar laboral
Las ventajas y beneficios del bienestar laboral son evidentes, pero es necesario verbalizarlas, ponerlas en contexto y realizar oportunas comparaciones entre organizaciones para que las empresas se convenzan y empiecen a implantar las medidas adecuadas para alcanzarlo.
Nos estamos refiriendo a trabajar en un entorno motivador que transmita confianza y provoque compromiso. Esto conllevará a una reducción de conflictos y accidentes y un aumento de la productividad y capacidad de resiliencia de la plantilla.
Hay ciertos indicadores que nos van a dar la medida del grado de bienestar con el que se trabaja en una organización, algunos implican problemas estrictamente laborales, otros son de índole emocional, pero todos nos señalan posibles problemas que pueden redundar en la falta de compromiso del empleado.
- Indicadores ‘físicos’ son el absentismo laboral y la retención de talento. El absentismo hace visibles problemas de mala salud laboral, pero también tiene que ver con la implicación de las personas. Una baja retención de talento, es decir si existe mucha rotación de trabajadores, puede esconder mala praxis en las contrataciones o en la gestión de personas.
- Otros indicadores más complicados de medir tienen que ver con el rendimiento y la motivación, pero que bien gestionados deben aportar al empleado satisfacción por pertenecer a la organización, reflejada en identificación con los valores corporativos. Esto se traduce en acciones que demuestran implicación ante problemas y orgullo de pertenencia, que se hace patente en publicaciones de redes sociales, asistencia a eventos, etc..
¿Cómo llegamos al bienestar? 5 tendencias a seguir
Cada organización es diferente y sus procesos de trabajo implican distintas problemáticas, por eso es recomendable realizar un estudio de las necesidades de los empleados. Una encuesta de clima laboral es muy útil en este sentido.
En base a los resultados de la investigación interna que va a determinar la percepción de la plantilla y de los datos de recursos humanos sobre su propia operativa, se podrán tomar medidas sobre estas 5 tendencias a seguir. En ellas se plasman los principales hitos que los trabajadores consideran necesarios para disfrutar de un alto grado de bienestar laboral.
Salud física.
Parece evidente que con cuerpos sanos todo se lleva mejor. Mejorando las condiciones físicas de trabajo, el equipo estará más fresco y descansado para afrontar cualquier reto.
Lo podemos conseguir utilizando un equipamiento adecuado y respetando las condiciones físicas marcadas por la auditoría de prevención de riesgos laborales, pero también forzando los descansos adecuados, fomentando el compañerismo y planificando reuniones informales o la realización de actividades entre compañeros que aporten buenas relaciones en el marco personal que influyan en la mejora de su capacidad de colaboración.
Condiciones laborales: flexibilización.
Se ha demostrado que las empresas flexibles son más resilientes. Ante situaciones complicadas, dar facilidades organizativas a la plantilla es un punto a favor para enfrentarse a ellas.
Hoy en día las ventajas del teletrabajo y los horarios flexibles nos aportan una manera diferente de planificarnos para lograr nuestros objetivos. Es más fácil conciliar la vida laboral con la personal puesto que la tecnología está de nuestra parte: Menos desplazamientos y más videoconferencias; amplitud de horarios disponibles al no depender de un horario de oficina; posibilidad para el trabajador de trabajar desde varias ubicaciones, etc…
Esta manera de trabajar exige de los directivos la implantación de un estilo de mando en el que pierde importancia el presencialismo y el control de fichajes, y se pasa a trabajar por objetivos o por proyectos, en los que no importa tanto la dedicación efectiva, pero sí cumplir con hitos y cronogramas.
Menos estrés: Gestión de las emociones en el puesto de trabajo.
Pensamos que el mejor camino para mejorar los niveles de estrés es saber gestionar la inteligencia emocional.
En el desarrollo diario «reconocer nuestros sentimientos, los de los demás y manejar adecuadamente las relaciones» (definición de IE de D. Goleman), nos ayudará a controlar el estrés y que las decisiones tomadas no impliquen un camino hacia situaciones difíciles emocionalmente hablando, lo cual puede provocar bloqueos y bajas laborales.
Debemos pensar en la inteligencia emocional como una habilidad global que incluye dotes de comunicación, empatía y asertividad, las cuales se pueden adquirir y entrenar. En función del puesto de trabajo su aplicación cambiará, modelando en algunos casos el estilo de liderazgo y en otros la adaptación al puesto, el compañerismo, etc..
Comunicación interna.
Un buen sistema de comunicación interna aporta confianza. Estar al día de las novedades corporativas da tranquilidad y mejora el sentimiento de pertenencia a la organización. Si además, las decisiones de trabajo se comunican en tiempo y forma adecuados, el trabajador siente que se cuenta con él y que su participación es vital.
Podríamos pensar que la comunicación es algo obvio e implícito a un equipo de trabajo, pero la realidad es terca y tenemos demasiados ejemplos en los que se informa tarde y mal, se dan datos sesgados o no todos los empleados manejan la misma información. Ser estables en los niveles informativos en tiempo y forma indica una preocupación de los mandos porque las cosas salgan bien, lo cual el trabajador interioriza como un beneficio de formar parte de ese equipo.
Derecho a la desconexión.
Desconectar a tiempo es un escudo de protección emocional. Una mente fresca es más productiva, por lo que requiere tanto de tiempos de descanso como de desconexión. Forzarse a pensar en otras cosas, teniendo un ocio variado y equilibrado es muy recomendable y la organización debe fomentar este tiempo de desconexión.
La mejor manera de fomentar estos tiempos de descanso mental pasa por no fomentar el trabajo en horas extremas, por ejemplo no recibir correos fuera del horario laboral y respetar los tiempos necesarios para la conciliación, no forzando viajes innecesarios o interminables reuniones en horarios inadecuados.
También el uso de las tecnologías propias de la empresa puede estar en el germen del estrés. Ordenadores portátiles y dispositivos móviles son nuestra oficina hoy en día, y se debe tratar de ser estricto para no terminar siendo excesivamente dependientes de ellos, apagando y desconectando las aplicaciones en las horas de descanso y en fines de semana.
Aprovechar el viento a favor que generan estas tendencias no se consigue sin más. La formación interna también interviene para comunicar qué objetivos se persiguen y para dotar a los equipos de las bases necesarias para alcanzarlos. Cursos de gestión del stress, motivación, creatividad o gestión del tiempo y productividad personal, por poner algunos ejemplos, dotarán de cohesión al equipo de trabajo y los proveerán de técnicas y soluciones para superar los obstáculos que impidan llegar a ese punto de bienestar laboral tan buscado.
Apasionado del marketing y la teleformación, encuentro en Femxa el caldo de cultivo adecuado para que prosperen formaciones interesantes y artículos en los que poner en común ambas pasiones. La fotografía y la gestión de comunidades online complementan mi perfil y me ayudan a llevarte a través de las redes corporativas de Femxa, guiándote hacia el perfil profesional que buscas.